viernes, agosto 01, 2008

De naturaleza.

FUGITIVO

Un pájaro de fuego y su canto sordo. El vuelo extendido en el montón
de nubes que preceden al canto líquido del cielo. Vocación de muerte
que escampa su propio cautivero, la injuria de ser sisma y mal agüero
sobre el amplio bastidor que suficiente cubre la distancia del ojo, lo
finito de la mirada que alcanza el punto ciego, la señal indescifrable
de una presencia perpetua e innombrable. Llorón sádico que muere
repitiendo su clamor domesticado por otras tonadas naturales, por el
placer de arder y morir ahogado en su propia furia.

La primera traición se urdió en ese campo de batalla.

Condenado a escindir lo que antes hubo de ser uno, el trueno nos
recuerda lo que somos.

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