De naturaleza.
FUGITIVO
Un pájaro de fuego y su canto sordo. El vuelo extendido en el montón
de nubes que preceden al canto líquido del cielo. Vocación de muerte
que escampa su propio cautivero, la injuria de ser sisma y mal agüero
sobre el amplio bastidor que suficiente cubre la distancia del ojo, lo
finito de la mirada que alcanza el punto ciego, la señal indescifrable
de una presencia perpetua e innombrable. Llorón sádico que muere
repitiendo su clamor domesticado por otras tonadas naturales, por el
placer de arder y morir ahogado en su propia furia.
La primera traición se urdió en ese campo de batalla.
Condenado a escindir lo que antes hubo de ser uno, el trueno nos
recuerda lo que somos.
Un pájaro de fuego y su canto sordo. El vuelo extendido en el montón
de nubes que preceden al canto líquido del cielo. Vocación de muerte
que escampa su propio cautivero, la injuria de ser sisma y mal agüero
sobre el amplio bastidor que suficiente cubre la distancia del ojo, lo
finito de la mirada que alcanza el punto ciego, la señal indescifrable
de una presencia perpetua e innombrable. Llorón sádico que muere
repitiendo su clamor domesticado por otras tonadas naturales, por el
placer de arder y morir ahogado en su propia furia.
La primera traición se urdió en ese campo de batalla.
Condenado a escindir lo que antes hubo de ser uno, el trueno nos
recuerda lo que somos.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal