viernes, agosto 01, 2008

De lamentaciones.

A Rosa María Espinoza, mi queridísima.


I.
No soy Rut. Soy extranjera de mí.

Cuánta mudez habita este rostro indigente.

El paraíso se ha perdido a la mitad del sueño.

He aquí la siniestra pulcritud del cobarde.

Canto. Agonizo en la memoria. Maldigo.

Un vals que nunca bailé rechina en mi falda.

El vuelo naftalina tala la redondez de mis pasos.

He olvidado mi nombre por lamer mis heridas.

Mi sexo rancio anuncia oquedades prematuras.

Salitre en las venas. Un enjambre de moscas mi cabeza.

No soy Rut. Soy pagana de ti.



Este es el canto de las lamentaciones:

Canto. Esparzo mi lamento. Aúllo.

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