viernes, agosto 01, 2008

Declaración.

Declaro que este acecho inaugura tu rostro cada noche.

Que mi pecho se acongoja con el recuerdo brasa de tu pelo.

Que me detengo en tu mentón a contemplar el mundo.

Que mi piel toda te nombra y tiemblo y desfallezco.


Declaro que en tus ojos me habito: Cirio. Luciérnaga. Bengala.

Que eres mío y consiento amarte desde el corazón más anhelante.

Que estas palabras no alcanzan (sólo la hoja en blanco).

Que no sé cómo salvarme de aquello que deslumbra.


Declaro que tu cuerpo es un mapa tatuado en estas únicas manos.

Que eres lengua y carne, delgada sangre que dibuja el deseo.

Que eres himno que asciende como llanto de hombre.

Que en tu espalda se anticipan con asombro todas mis intenciones.


Declaro que renuncio irrevocablemente a la tiranía del silencio.

Que mi voluntad está sometida al alumbramiento del tiempo.

Que mi boca es calendario que aguarda la hora justa del beso.

Que tengo sed y tu nombre llueve entre mis piernas.


Declaro que estas palabras quieren ser el tacto de las cosas nombradas.

Declaro que me hice al mar y naufragué en el miedo.

Declaro que he de volver si hay otro día.

1 Comentarios:

Blogger bosquimano dijo...

bajo la sombra del tiempo, el asombro y, con él, la persistente memoria y la muda admiración.

bosquimano,
peregrino en su circunstancia

11:00 a.m.  

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