domingo, enero 02, 2005

Mi cuerpo es un templo tomado por asalto
un despeñadero una llaga
perecedera la voz y el aliento la carne
esta boca que busca la hondonada del silencio
este pecho a merced de lo que crece y envenena
esta desmesura que acecha este abandono
artificio inútil de una clemencia no pedida

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